¿Qué hacer con mi vida?

¿Has sentido alguna vez que estabas atrapado por la rutina? ¿Te despiertas y hay días que no tienes ganas de enfrentarte a la vida? ¿Sientes que vas por la vida en piloto automático?

Estas pueden ser señales que tu vida necesita un cambio.

Señales que tu vida necesita un cambio

El tipo de educación que recibimos mayoritariamente en nuestra sociedad nos impulsa cuando somos adultos para hacer “aquello que está socialmente aceptado”: buscar un trabajo estable, hipotecarnos, tener hijos y cumplir con nuestras obligaciones fiscales y sociales.

Durante nuestra educación hay poco rastro de que alguien nos haya enseñado a buscar nuestras fortalezas, enseñarnos a decidir por nosotras mismas, que realmente hayamos escogido el camino que hemos tomado y que nuestro día a día esté dirigido por acciones conscientes.

¿Y entonces que pasa?

Pues que la vida nos regala oportunidades en formas de crisis personales que nos invitan a reencontrarnos con nosotros mismas y poder decidir, qué hacer con nuestras vidas:

– La temida adolescencia
– La crisis de los 40, 50 o 60
– Cambios del ciclo vital: nacimiento de una hija o un hijo, separaciones, procesos de duelo, etc…

Momentos que podemos aprovechar por intentar quedarnos como estábamos, o aprovechar para aprender qué hacer con nuestras vidas.

Empezar a vivir nuestra vida

¿Y entonces qué hacemos con nuestra vida? Pues VIVIRLA, pero con mayúsculas:

– ¿Qué es lo que más me gusta?
– ¿Qué son aquellas cosas que se me dan bien?
– ¿Qué me gustaría hacer si nadie me estuviera mirando?
– ¿Qué haría si no tuviera miedo?

Pues toca asumir la responsabilidad en nuestras vidas, ponernos un gorro de explorador para encontrar nuestras fortalezas e ir probando como podemos ofrecerlas al mundo. Y a partir de aquí, tomar conciencia de cada momento, sacar el piloto automático que nos dirige y empezar a tomar conciencia de cómo es nuestro día a día:

– ¿Lo que voy a hacer ahora me acerca a lo que quiero?
– ¿Me gusta, me disgusta, es neutro?
– ¿Qué estoy sintiendo?

Muchas veces, intentamos suplir la falta de rumbo o conciencia en nuestras vidas mediante compensadores: mi vida en el trabajo es un rollo, pero al salir voy a jugar a pádel con mis amigas y así lo hago más soportable, o compenso mis frustraciones con mis hijos e hijas, o quizás tirándome en paracaídas una vez al mes.

Todo está bien, pero es difícil que encontremos el bienestar en estos espacios, ya que tarde o temprano, tendremos que enfrentarnos a la falta de coherencia en nuestras vidas.

Dirigir nuestra vida con conciencia

Este año durante la crisis provocada por la pandemia, esta ha sido la causa de muchas consultas que he realizado. Cuando nos confinaron en casa y desaparecieron todos nuestros compensadores habituales, muchas personas tuvieron que enfrentarse a su situación vital apareciendo muchos problemas de ansiedad, al darnos cuenta de la sensación de vacío o la falta de coherencia con nosotr@s y nuestras vidas.

Si tomamos nosotr@s la responsabilidad de nuestras vidas, podríamos hacer lo mismo, pero decidirlo de forma consciente. Por ejemplo: tengo un trabajo que no me gusta, pero conscientemente me da estabilidad y para mí esto es un valor importante, además quizás, me da la posibilidad de conciliación y tengo unos ingresos que me permiten llevar a cabo mi pasión y mi fortaleza que es jugar a pádel.

¿Veis así la diferencia entre dirigir mi vida con consciencia y saber así qué hacer con nuestras vidas?

Os espero en nuestra página web, donde iré colgando más recursos para tu cambio.

¿Necesitas que alguien te acompañe en tu proceso de cambio?

Realiza una sesión con la Psicóloga Marina Arjó

Suscríbete a nuestro canal de youtube

Visita nuestro canal de Youtube donde tendrás disponibles todos nuestros vídeos actualizados. Suscríbete para estar al día y no perderte ningún vídeo.