“Tanto si crees que puedes, como si crees que no puedes, estas en lo cierto”
Henry Ford

Creer en ti: confiar para poder transformarnos

Decía Henry Ford: “Tanto si crees que puedes, como si crees que no puedes, estas en lo cierto”

¿Te ha pasado alguna vez, que te levantas, has dormido bien, te sientes bien contigo y estas con el guapo subido, de buen humor, disfrutas del café y el día parece rodado?

O al día siguiente lo contrario. Te levantas sin haber podido dormir bien, te sientes enfadado y se te cae el café encima, llegas tarde a la oficina, te han adelantado el horario de la reunión que tenías programada y encima hay una retención de narices.

¿Qué es lo que ha pasado? ¿Ha venido un duendecillo a traernos mala suerte y nos ha cambiado durante la noche? Pues como debes suponer, no hay ninguna magia en ello, y más bien depende de nuestras creencias y de la gestión emocional que seamos capaces de llevar a cabo.

Creer en ti mismo

La frase que nos propone Henry Ford, es muy real partiendo de dos conceptos de base:

  • Nuestra percepción
  • Nuestras creencias

En primer lugar, te hablaré de nuestra percepción, que funciona a modo de un foco de la realidad que vivimos:

Nuestra percepción

Como seres humanos, recibimos la información de nuestro exterior a través de los sentidos: vista, oído, olfato y tacto, pero nuestro cerebro no tiene capacidad de procesar durante todo el tiempo todos los estímulos que recibimos, y por tanto solo procesa aquellos que están activos en nuestra mente:

Si estoy embarazada veo más mujeres embarazadas, igual que si me estoy comprando un coche, o me he roto un pie.

De igual forma, si pienso que estoy teniendo un día nefasto, mi percepción solo se va a fijar en aquellos aspectos negativos del día y pasara por alto cualquier aspecto positivo al no ser representativo en nuestros esquemas mentales.

De igual forma, también debemos tener en cuenta que nuestro cerebro, está diseñado para la supervivencia y por tanto serán mucho más sensibles aquellos estímulos que la amenazan, a otros aspectos que otros que sean más positivo.

Te pongo un ejemplo: ¿Te ha pasado que has tenido un día fantástico y al final de la tarde tienes una discusión con alguien cercano, y parece que sea lo único ocurrido durante el día? ¿Incluso antes de dormirte estás todavía dándole vueltas y sigues enfadado?

Pues eso también es una característica de nuestra percepción, ¡y cuidado! Que no estoy diciendo esto sea negativo, sino que simplemente es así, dado que estamos diseñados para sobrevivir y nuestro cerebro nos prepara para ello.

Pues teniendo en cuenta estas dos características: que percibimos más aquellos aspectos que amenazan a nuestra supervivencia y aquello que está en nuestros esquemas mentales, podéis comprender la frase de Henry Ford.

Porque si creo que puedo: voy a ver aquellos aspectos que me capaciten. Y si creo que no puedo: voy a percibir aquellos aspectos que lo confirmen.

Nuestras creencias

Por otro lado, y como te decía, hay un segundo factor que incide, que son nuestras creencias.

Las creencias conforman nuestros esquemas mentales.

  • Puedo hacerlo: es una creencia
  • No puedo hacerlo: es otra creencia distinta

Construimos nuestras creencias a través de la educación que hemos recibido y por la interpretación de nuestras experiencias, de nuestras narrativas y de nuestras capacidades emocionales.

Las creencias para que nos hagamos la idea, son como unas gafas a través de las cuales vemos el mundo, lo percibimos y actuamos sobre él y por eso son tan importantes en nuestras vidas.

Pero la mayoría de las veces estas creencias se manifiestan de forma inconsciente y automática, y puede que sean potenciadores, o puede que sean limitantes.

  • Si pienso que puedo: me potencia
  • Y si pienso que no puedo: me limita

Pero siempre será nuestra responsabilidad hacerlas conscientes, para poder regularlas.

Por estas dos razones, porque afecta nuestra percepción y se activan nuestras creencias es imprescindible que puedas creer en ti mismo. Y cuando me refiero a creer en ti mismo, no hablo de un positivismo publicitario, sino que puedas creer en ti, de forma independiente a las emociones que estés experimentado:

Es posible creer en mí, aunque me equivoque, aunque esté enfadado o enfadada, aunque sienta miedo y aunque en definitiva me queden por aprender muchas cosas. Porque la confianza es un valor que puede impregnarlo todo, nos llena de compasión y nos abre las puertas a un estado de bienestar.

La confianza en nosotros mismos

¿Pero confiar en qué? Pues confiar con nosotros mismos, pero también confiar en la vida, que es un viaje de aprendizaje, aunque a veces pueda resultar muy duro. Y porque además es la realidad: pase lo que pase en nuestras vidas, por mucho dolor que nos provoque, generaremos recursos para afrontarlo: mejor o peor según como podamos desarrollar nuestras habilidades.

¿Cómo creer en uno mismo?

Te sigo explicando, como podemos hacer para que esta simple creencia sea clave para nuestro bienestar:

Ya te he explicado cómo nuestras creencias afectan nuestra percepción del mundo. Si yo llevo unas gafas que me permiten vivir confiando conmigo mism@, en cualquier situación que encuentre, puedo percibir posibilidades de aprendizaje y puedo ir a buscar recursos para gestionar mis emociones.

El primer paso para poder hacerlo, es darme cuenta de que estoy sintiendo ante una situación que me provoca malestar: ¿siento miedo, siento rabia o estoy sintiendo tristeza?  Dejar espacio a estas sensaciones y hacerlas conscientes, es un concepto que en Gestalt se llama Awareness, implica hacernos conscientes de nuestras sensaciones corporales en el momento presente y darles espacio.

Si yo siento que he dormido mal y me he levantado enfadado. Es importante que pueda gestionarlo, darle espacio, y ese día ponerle más mimo a la ducha, dejar un espacio para la meditación, o tomar con mucha más calma el café, antes de empezar el día.

Una vez me he dado cuenta de cuál es mi emoción, puedo gestionar mis pensamientos: ¿me viene una tormenta de posibles desastres diarios, estoy pensado en todo lo que tengo que hacer durante el día y seguro que no me va a dar tiempo, o recreo el enfado de ayer por la tarde con mi compañero?

I aquí es cuando tengo oportunidad de gestionar mis pensamientos y mi día:

Modificar mi percepción

Si tengo un día malo, ¿qué puedo hacer para cambiarlo? ¿Puedo quedar a almorzar con una amiga o un amigo? ¿Puedo ir a esa cafetería que tanto me gusta? Empiezo a modificar mi percepción, para buscarle anclajes positivos al día.

Seguro que puedes pensar en otros días o momentos que eran malos y los acabaste transformando, puede ser útil ir a buscar en estos momentos la confianza que hoy te cuesta encontrar.

Lo más importante en este proceso, es que no te dejes llevar por el piloto automático de tu mente, y tomes la responsabilidad de gestionar tu vida.

¿Necesitas que alguien te acompañe en tu proceso de cambio?

Realiza una sesión con la Psicóloga Marina Arjó

Suscríbete a nuestro canal de youtube

Visita nuestro canal de Youtube donde tendrás disponibles todos nuestros vídeos actualizados. Suscríbete para estar al día y no perderte ningún vídeo.